lunes, 12 de abril de 2010

En el camino ....

No lo es, dijo uno de entre la multitud, aún no es suficiente. Responda y sea lo más sincero posible: ¿cómo va a habitar dios en el mal? Eso es una locura, usted está loco, chiflado. ¿De dónde proviene usted?

Vengo de todas partes y de ninguna en particular. Atienda, le dije, este es el mejor de los mundos posibles, ¿comprende?
No, respondió, ladeando bruscamente la cabeza. Este mundo no es mas que un mero absurdo, pura casualidad, nada más. La vida es un absurdo y hemos sido despojados a esta jungla donde el otro es el infierno. Ni tan siquiera nos tenemos el uno al otro.
Este mundo es un mundo dual, añadí, está el día y la noche, el bien y el mal, lo masculino y lo femenino; vivimos en un mundo de opuestos y todo procede del Origen. Antes del Origen no existía ni el día ni la noche, ni lo masculino ni lo femenino, ni usted ni yo. Usted cree que todo es casualidad, azar, pero no es así. Sepa bien que el azar no existe, nada es casualidad. Dios es una ley poderosa y amorosa que todo gobierna, gobierna el todo y sus partes y todas las combinaciones infinitas posibles. Incluso este encuentro entre ustedes y yo no es azar, sino destino y misterio. Destino significa que tal hecho había de suceder y con misterio quiero decir que todos estos hechos están más allá de nuestra comprensión. Todo proviene del gozo, se mantiene en el gozo y al gozo regresa, todo, absolutamente todo, el universo y lo humano. Estamos aquí, en este mundo, para crecer, madurar y dar el fruto de la semilla que llevamos dentro como un árbol da también su propio fruto. Florecer es nuestro trabajo y meta, por eso estamos aquí, para florecer y experimentar la dicha, el gozo del Ser, de Dios. Usted es el propósito de la existencia, es lo más grande que la existencia ha creado, la propia existencia tomando consciencia de sí misma. Lo que le sucede a usted es que busca fuera lo que tendría que buscar dentro. Mire dentro de sí mismo, en lo más profundo de sí y para ello se necesita mucha valentía y encontrará lo que otros ya encontraron. Yo hace mucho tiempo –continué- también opinaba como usted. Era un existencia, un nihilista para quien la vida no tenía sentido alguno hasta que profundizando en mi interior experimenté lo sagrado y una vez que eso sucede todas las creencias desaparecen para dejar lugar al saber. Ya no tengo fe, ni creencia alguna, se de dios y de su existencia. Le recuerdo que los conceptos no transforman sino la experiencia. Le animo a experimentar, a mirar en el abismo de su ser y, tal vez, algún día todas sus dudas también se extinguirán y dejará de sentirse tan angustiado y desgraciado porque aunque usted no me lo diga yo se muy bien que en lo profundo de usted se siente un ser desgraciado rodeado de un absurdo asfixiante. Me siento, dijo, como todo el mundo. ¿Por qué hay tanto sufrimiento en este mundo? Millones de niños mueren de hambre cada año y otros tantos en guerras absurdas. ¿Qué necesidad hay de tanto sufrimiento? La humanidad crece muy lentamente, le dije. El único responsable del mundo es el propio hombre, existe el hambre y las guerras por el hombre. Algún día, cuando el hombre haya madurado lo suficiente ningún ser humano morirá de hambre y se habrán extinguido todas las guerras sobre la faz de la tierra pero el hombre necesita tiempo para crecer lo mismo que una planta también necesita su debido tiempo. No es una ley que yo me invente, es una ley de la naturaleza, ¿comprende?
Aquel hombre comenzó a agitar todo su cuerpo como si fueran a darle convulsiones; sus ojos encendidos y clavados en mi pecho odiaban todo mi ser. Yo se muy bien que deseaba mi inmediata muerte. De repente, abandonó el lugar y caminó apresuradamente calle abajo hasta desaparecer entre la muchedumbre.

miércoles, 10 de marzo de 2010

HACIENDO CAMINO

A los que creéis que el trabajo es lo más importante, incluso más importante que la familia, os diré que lo verdaderamente importante es la libertad, ser y seguir siendo hasta el final de los días. Y ser es crecer y madurar, ser es ser hombre. Y la palabra de un hombre es más fuerte que la propia muerte. Veo que dios nos ha dado muchas personas pero muy pocos hombres, muy muy pocos. La mayoría, la inmensa mayoría de vosotros os moriréis sin saber lo que, en verdad, es un hombre. Yo propongo al hombre verdadero.

Le echáis la culpa a dios de vuestras miserias o desgracias, o al destino, o a vuestra mujer, o a vuestro jefe, pero sabed que uno posee las riendas de su vida. No existe el destino. Uno se forja su propio destino paso a paso, día a día, año tras año. Y si sucede la enfermedad o el sufrimiento o la muerte de un ser querido o la propia muerte, depende también de vuestra actitud o aceptación hacia las circunstancias de seguir llevando el timón de vuestra vida. Allá los que sigan culpando a dios o al sistema capitalista o a su jefe o a sus padres o a todo el mundo recordando lo que dijo aquel filósofo que nada sabía de la divinidad y se atrevió a decir que el infierno es el otro. Hay libros que no deben ser leídos, no cualquier libro te permite crecer. Han de ser metódicamente selectivos con sus lecturas y con sus amigos. La libertad ha de ser conquistada por uno mismo. Han de darse cuenta de ello porque hasta que no se den cuenta no podrán cambiar. Sean conscientes, vivan conscientes y no como autómatas. Despierten de una vez para siempre. La vida es breve y disponen de poco tiempo para ser el verdadero hombre. Y así podemos entre todos crear un mundo mejor y legar este mundo a las futuras generaciones. Cuando seáis el verdadero hombre nunca más viviréis igual, nunca más amaréis igual, nunca más escribiréis igual, nunca más trabajaréis igual, nunca más soñaréis igual, nunca más volveréis a ser quien una vez fuisteis.

La teología para los teólogos que estudian a dios pero nada saben del Ser. Poseen conocimientos, pero en esos conocimientos se distancian años luz sin saberlo, son inconscientes de su ignorancia. Los conceptos no transforman, lo que realmente transforma es la experiencia. El concepto del amor no transforma pero cuando uno se enamora cambia por completo, ¿comprenden ahora lo que quiero decir? Han de esforzarse por comprender, han de poner algo de ustedes, han de apostar, han de jugárselo todo. Sólo quien es capaz de jugárselo todo, es capaz de merecerlo todo.
¿Hasta dónde son capaces de jugársela? ¿Hasta dónde son capaces de apostar? Ustedes no lo saben pero es el miedo el que os tiene bloqueado y ese miedo os impide apostar y crecer y, por lo tanto, ser, ser el hombre verdadero. Y la Iglesia, en tanto Institución jerárquica para los pecadores, para los que yerran en el tiro y dan fuera de la diana, para los pecadores y moralistas. Un consejo os doy: alejaros de todo moralista pues ellos son los que pueden perjudicaros hasta el límite de que pueden distraerles de su verdadero camino. Los moralistas no son hombres y ellos, en lo más profundo de su ser lo saben. Los moralistas carecen de alma, como los obispos y cardenales, e incluso el Papa. Algunos de ellos tienen el alma manchada, yo puedo verlos y ver su intento de dominar a la masa, de poseerla, de manipularla en beneficio propio. Os infunden miedo para manipularos y salen en los medios de comunicación anunciando que no existe el infierno. Nunca existió y ellos siempre lo supieron, pero si lo hubieran dicho antes, ¿cómo manipular? Esos falsos religiosos no conocen la esencia de la religión, son políticos disfrazados de religiosos, apartaos de ellos por el bien de vuestras almas y de vuestros hijos. La verdadera religión no conoce poder alguno ni falta que le hace, no quiere manipular ni poseer. La verdadera religión sólo desea que el hombre sea y que sepa quien es en verdad. La verdadera religión no permite que se la institucionalice, porque sí y así ha de ser.

El cuerpo es el templo del Ser, de Dios. No es necesario acudir a iglesia alguna y escuchar sermones vacios de significación, palabras huecas, palabras que suenan a tradición y a superstición. Dios está en todas partes. Todo el mundo no es más que la manifestación de dios y se manifestó porque sí. Sobran todos los por qués al respecto. Tanta grandeza es inalcanzable a la inteligencia tan limitada del ser humano. Dios está en un niño, en un árbol, en las casualidades, en las volutas de un cigarro que ascienden hasta desaparecer en la nada, en una estantería de libros, etc. Dios está en todas partes y no sólo en las iglesias. El verdadero paraíso habita en nuestro interior, en lo más profundo de nuestro ser. Atrévanse a mirar en el abismo de su interior. Abranse el pecho, desnúdense y verán lo que hay que ver, un abismo vertiginoso y una luz cegadora que ilumina el mundo entero. Ya está bien de engaños y de dejarse engañar. Sean héroes por una vez en sus vidas y séanlo por ustedes y por sus hijos y porque sí.

La palabra de hombre verdadero puede más que la muerte, más que la palabra de un guerrero o un samurái. Y han de caer en la cuenta que la palabra de un samurái puede más que el metal pero la del hombre verdadero aún puede más, más que la muerte. Ante un hombre de verdad incluso un tigre se arrodilla. Muchos de vosotros merecéis la muerte, demasiados. Debería desenvainar la espada y decapitaros para elevaros a lo más alto. Tal vez, algún día lo haga y cuando lo haga será por vuestro bien y por el bien de la humanidad.

Habláis continuamente de dios y decís, dios es esto, dios es lo otro, dios es aquello. ¿Y qué sabéis vosotros de dios que nada habéis experimentado? Tan sólo por leer cuatro libros pensáis que sabéis algo de dios. No sabéis nada de nada, sois unos ignorantes, vivís en la ignorancia más profunda y no lo sabéis, por eso es ignorancia, pero la ignorancia no exime de responsabilidad alguna. Sois responsables de cuanto os acontece, de vuestras vidas, de vuestros actos, de vuestras sucias y huecas palabras. En un principio fue el verbo y dios se bastaba a sí mismo y después, sin un porqué, se manifestó y todo cuanto vemos no es sino la manifestación de la divinidad. Incluso en el mal habita dios. ¿Quién puede comprender tan grande paradoja? Vosotros seguro que no. Poseéis una religión tan infantil pensando que dios es una persona que debería mataros a todos. He conocido a personas doctas que poseen una religión de lo más infantil y estúpida. Y vosotros sois algunos de esas personas tan doctas y cultas. Pero no se trata de ser culto, sino de experimentar lo sagrado. Y cuando se experimenta lo sagrado desaparecen todas las creencias acerca de dios. Uno sabe con total certeza que dios existe. Y lo que muere no es dios como afirmaba aquel filósofo cuyo nombre no quiero recordar, sino lo que muere es el hombre y aún así tampoco muere. El cuerpo es tan sólo un traje. Al morir nos despojamos de ese traje, pero lo invisible, lo infinito que nos habita jamás muere. Yo no trato de convenceros de nada porque no hay nada de qué convencer. Esto no son dogmas, ni filosofía alguna. Sólo os animo a que experimentéis por vosotros mismos. Ese es el camino, el camino de la experimentación. Animo. Atreveos, andad el camino. Se muy bien que este camino no es para cualquiera, no lo es. Es para gente valiente e inteligente. ¿Cuántos de vosotros os consideráis valientes e inteligentes? ¿Todos? Yo os responderé. Ni un uno por ciento recorrerá el camino. Muchos ni se atreverán a recorrerlo, otros abandonarán al primer intento, otros abandonarán a la mitad del camino, otros lo abandonarán a la menor duda que les asalte pero muy pocos, una inmensa minoría, llegará a la cima y desde la cima contemplará el paraíso que habita en su interior. Decidme, ¿merece la pena?. Por hoy es suficiente.

jueves, 25 de febrero de 2010

Resurrección.

Cuando el pequeño maestro entró en la próxima ciudad halló un gentío congregado en la plaza Mayor. Había corrido la voz de que llegaba a la ciudad un charlatan, según unos, y un profeta, según otros. “Yo predico el Gran Hombre –dijo dirigiéndose a la multitud- Os anuncio al Gran Hombre. El hombre y el superhombre es algo que debe ser superado. Esta superación es un gesto, un paso más en el camino. ¿Acaso algunos de vosotros se ha esforzado o ha intentado ser el gran hombre? ¿Qué es el gran hombre? Os preguntaréis. El gran hombre es la autorrealización. La realización de un deseo en uno mismo, sin objeto. Es una experiencia pura sin la mediación de pensamiento o juicio alguno. El superhombre os anunció la muerte de dios. Yo os anuncio la muerte del lenguaje y de todos los tratados de filosofía. En verdad, el hombre y el superhombre son incompletos y padecen de ceguera sin saberlo. Hay que elevarse por encima del hombre para saber del hombre. El superhombre os anunció que el filósofo es la evolución del tipo sacerdotal. Yo os anuncio que el poeta es la evolución del tipo filósofo y que el místico es la evolución del tipo poeta y yo soy la evolución del tipo místico.

El hombre y el superhombre es una línea circular entre la bestia y el gran hombre. El hombre es la evolución de la bestia. El superhombre es la evolución del hombre. Y el gran hombre es la evolución del superhombre. Un camino de uno hacia uno mismo diferente. El gran hombre es quien es, quien predica, alguien, un vagabundo del mundo. Hubo un tiempo donde yo también fue un pequeño demonio, una pequeña bestia. Pero subí a la montaña sagrada y en el camino fui haciéndome. Primero, hombre. Después, superhombre. Y más tarde, el gran hombre. Adelantar al verbo para despojarse de la razón. Ese es el gran paso, el gran salto.

También os digo que el uno es la vida y la muerte. El eterno retorno. Pero el cero es lo eterno. El retorno a lo eterno, la libertad. Sólo al gran hombre le está permitido el retorno a lo eterno. El hombre y el superhombre están condenados al eterno retorno. Os recuerdo que podéis descender al infierno más de dos veces”.

No tengo nombre y poseo todos los nombres. No tengo rostro y poseo todos los rostros. No tengo forma y poseo todas las formas.

La flor está oculta en la semilla.

En verdad un pensamiento dura diez mil años.

El ser es la infinitud, movimiento de rotación alrededor de su eje. Lo eterno en movimiento. Infinitud inquieta. La independencia misma.

La pregunta no es por qué existe algo en vez de nada. La pregunta (respuesta) es por qué existe todo. La respuesta está en la trascendencia del lenguaje; más allá del lenguaje. Más allá del pensamiento y de la inteligencia; simplemente porque sí.

Quien se apega a las cosas sufrirá rios de lágrimas de sufrimiento.

Os repito. Soy quien soy. Soy la resurrección y la vida eterna.

sábado, 6 de febrero de 2010

HACIENDO CAMINO

Un pueblo sin poesía no es un pueblo sino una barbarie. Sin poesía nunca habría llegado tan lejos. Gracias a la experiencia de la poesía alcancé la cima de la montaña sagrada. Llegué a ser lo uno diferente en sí mismo. Hice del sujeto un predicado.

Aquí no hablamos del destino sino que lo forjamos.

¿Cuándo escapará el hombre de sus cadenas, de sus pensamientos? Sabed que el lenguaje ha muerto. El lenguaje no es el mundo que habitamos. No. El lenguaje es la gran metáfora y nada más. Vuestro dios es vuestro lenguaje, vuestro ego. Cuando habláis en nombre de dios es vuestro orgullo quien habla.

Deseamos la infinitud, saber de nosotros y del todo. ¿Deseamos cuanto podemos? Verdad es que nada puede crecer tanto ni hundirse tan profundamente como el hombre.

Mire a donde mire siempre encuentro enterrado un niño o una mujer.

Intentamos encontrar la puerta para salir de nuestra prisión, nuestro cuerpo. Ignoráis vuestra edad, vuestro nombre, de donde venís y adonde vais. Somos vehículos del tiempo. Prisioneros de un cuerpo. Prisioneros del tiempo. Ahora soy quien siempre fui. Lo eterno.

¿Cómo puede ser sagrado lo que nos separa?
Sólo nos separamos para estar más unidos.
¿Quién puede separar a los que mueren?
Algunos hombres creen haber nacido solo para pecar y después redimir los pecados con palabras enturbiadas por el llanto.

El niño ha de conquistar no solo lo que la humanidad ha conquistado sino llegar a ser humanidad.

Aún no estáis preparados para soportar tanta grandeza.

Acudir a la iglesia es acudir al demonio. El demonio nos envía hombres de poca fe, los obispos de las catacumbas; a los cardenales, empresarios de la fe y al Papa, el único hombre sobre la faz de la tierra sin alma, y por lo tanto, sin edad.

Dios, apoderado del cuerpo de los clérigos y el demonio, apoderado de sus almas y ahí en medio, en tierra de nadie están ellos, los mensajeros de una fe efímera y plúmbea. Y es que los clérigos son simulacros bastantes más vertiginosos y absurdos que los rostros pintados de las supuestas divinidades. Son esbozos perfectamente ambiguos, ya que hablan, hacen gestos, agitan sus manos, piden dinero, manipulan objetos, vociferan desde el púlpito, se engalanan con ropas y objetos inusuales, surgen de la nada como semáforos en rojo e ignoran que lo extraordinario es dejar de existir para convertirse en ser.

martes, 19 de enero de 2010

HACIENDO CAMINO

Entré en un remoto pueblo que se extendía a lo largo del camino y me dirigí a la Iglesia. Hace más de cien años pasó por aquí Zaratrusta –dije- predicando el superhombre. Yo vengo a predicar el gran hombre. El gran hombre es la evolución del superhombre.
¿qué es el gran hombre? –preguntó uno de entre la multitud-
¿qué eres tu? –respondí-
No lo se. Un hombre normal, creo –añadió-
Eres un hombre, pero puedes llegar a convertirte en un gran hombre. El gran hombre por ser no existe. El camino es la no búsqueda, el no encuentro. Nada tengo para enseñaros. Vengo con las manos vacías. Sin rostro y sin nombre. Ese es mi gran tesoro, la no posesión, el no aferramiento. Nunca más moriré y aunque me mataras no podrías hacerlo porque no hay nada ni nadie a quien matar.


Estoy sufriendo la suerte de Tántalo, que recibió de los dioses más de lo que podía digerir. Padecer el reino de los reinos, el reino de la libertad. El “Es” es mi destino.

Ser el todo, el universo, es la vida, ese es el cielo del hombre, un estado del alma.

Los hombres no me soportan porque no soportan tanta grandeza. Soy el gran hombre, soy quien soy, un ser inmortal que nunca más volverá a nacer ni a morir. Ni soy.

Olvidar el todo, esta es la sagrada cumbre de la montaña. Las aguas transparentes del río sagrado donde el hombre deviene otra vez niño. Ser el universo donde el lenguaje desaparece y la muerte solo es un juego en lo imposible de la reunión.

Vuestras escuelas y universidades y vuestra ciencia que todo lo promete y nada otorga es la causa de mi desengaño y la reina del abismo, donde lo bueno se opone a lo malo y el hombre a la naturaleza.

Anclados en el lenguaje y en vuestra razón, permanecéis aislados del mundo, expulsados del edén.

Ayudar a los demás a crecer es la misión y tarea del gran hombre. Cuando un hombre ayuda a los demás a crecer tiene algo de divino. He subido a la montaña sagrada. Me he bañado en el río sagrado. He comido del fruto prohibido y ningún dios se atrevió a expulsarme del edén. Vi a dios, cara a cara, un instante vertiginoso.

Para este salvaje hombre no hay patria posible.

Busqué la verdad en los libros, en escuelas y universidades, en académicos envidiosos y recelosos de que alguien fuera más grande que ellos. En los niños, en la naturaleza, en la música, en la pintura, en la poesía, en la insensatez; sin percatarme de que la verdad habita en la punta de la nariz. Recorrí senderos de espinas flanqueados por dragones y mazmorras. Vi a hombres huir como lobos ante el estruendo del rayo cuando atisbaron algo de la verdad.

Fuisteis a la escuela para aprender y allí os alejasteis de vuestra verdadera naturaleza. Yo os muestro el camino de vuelta desde la escuela a vuestra verdadera naturaleza. Nada os enseñaré. Nada hay que aprender sino olvidarlo todo. Habéis alcanzado el punto más alto de la montaña y pese a haber entrado en el camino aún no sois el gran hombre. Avanza un pasa más y te convertirás en el mundo entero de las diez direcciones.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

HACIENDO CAMINO

Nací a eso de las 6 de la madrugada de un 9 de Junio de 1967, en la Ñora , Murcia.

Papá se llama Antonio. Papá comenzó a trabajar a los 6 años de haber nacido, vendiendo fruta y verdura. Siendo adolescente, 12 o 13 años, caminaba las calles del pueblo con un grupo de amigos portando un paso de la Virgen María. Llevaba consigo un legón y un cubo. En cada parada que hacían, golpeaba el cubo a modo de campanas y después se subía sobre el cubo y comenzaba a predicar a la audiencia diciéndoles cosas tales como que debían ser buenos y querer al prójimo. En una próxima vida será, casi con todo seguridad, sacerdote o cura.

Mamá se llama Angeles. Fue monja de los 13 años a los 20, en un pueblo de Gijón. Allá estudió Magisterio. El otro día me comentó que cuando se muera y vaya al cielo, le dirá a San Pedro: "Abre las puertas que yo ya he realizado mi trabajo".

Un servidor se llama Jose Antonio y es el primogénito de tres hermanos. Cursé Psicología , aunque estaba locamente enamorado de la filosofía. A los quince años, en el instituto, participe en un concurso de poesía con un pseudónimo. Doy gracias a dios porque pasé desapercibido. No gané ni nada parecido. A los 14 años , mis padres me compraron una enciclopedia, que aun conservo de unos 10 volumenes, uno de los cuales versa sobre Teología y Filosofía. Recuerdo aquella epoca devorando solo ese volumen y leyendo todas las demostraciones de la existencia de dios. Deseaba saber si dios existía o no. Más tarde, en la Universidad, mi interés giró hacia la Verdad, Qué es la Verdad. Bueno, en realidad, es la misma búsqueda pero con conceptos diferentes. Perseguía lo mismo. Posteriormente caí en una depresión existencial intentando descubrir el sentido de la vida y de la existencia hasta que sucedió la noticia. Después de la noticia no tuve opción alguna que ser El Predicador. Y despues. nada que decir aún pudiendo más que la muerte, nada que comprender, ni tan siquiera guardar silencio. Esto es eso. Gracias.

lunes, 19 de octubre de 2009

El despertar

Ya saben, no somos nadie, estamos en manos de Dios. Tanto si lo creen como si no lo creeen, tanto si lo comparten como si no lo comparten, tanto si lo comprenden como si no lo comprenden, no somos nadie y estamos en manos de Dios. Como dijo el gran poeta Blake, "El Cuerpo Eterno del hombre es la Imaginación, ¡Dios mismo! Nosotros somos los Miembros ... del Cuerpo Divino". ¿Y que somos? Tambien somos poesía, creatividad y amor incondicional. El hombre es poesía. La poesía es el templo del Ser, dijo el gran poeta. La poesía nos habita, somos habitados por la palabra.

La Palabra
entre dos eternidades.
¡Resurrección!


También somos la Nada, una nada inteligente, una Nada potencial,Lo Uno, lo carente de forma que se manifiesta misteriosamente. Saber que existe un Intelecto Supremo nos otorga dignidad. Recordad que cada instante es único y cada forma también es única; lo que significa que cada momento que transcurre nunca más se repetirá ni nunca antes ha sucedido y que cada ser humano es único e irrepetible. Confiando en Dios eliminamos la más mínima posibilidad de miedo y angustia. Confiar en Dios es ser Uno con el Universo, donde sujeto y objeto desaparecen. No hablamos ya de conocimiento. El crecimiento del ser humano no es una acumulación de información, no, en absoluto. El crecimiento del ser humano es un Estado, la experiencia de Aquello que Es. Esa Experiencia lo es Todo, lo que Es y lo que aún no Es, el Ser y la Nada. El Ser hunde sus raices en la Nada, en la Divinidad, en Lo Uno, en Dios. Y Dios o la Divinidad se manifiestan misteriosa y gozosamente en el Ser, en la Existencia, en el Universo. Ha lugar para otro poema:

Soy la Nada
la voz silenciosa
una acumulación de palabras inteligentes
en el vacío de tu Ser
Como decía Buda, "quien está dispuesto a perderlo todo, merece ganarlo todo" Y así es. Han de perderlo todo para diluirse, para transformarse en ese Estado experencial y así poder beber de esa Verdad Infinita y poder ser felices para siempre. Hay un miedo aún mayor que a la muerte y es el miedo a la expansión infinita del Yo, a la realización de un deseo sin objeto, la autorrealización, que todo lo es. Sin embargo, no deben olvidar ni confundir que Dios está en el mundo pero Dios no es solamente el mundo. El Mundo es el hijo de Dios y el hombre el hijo del Mundo.
Soy la raíz
de este vasto océano
la Nada.
El hombre con un potencial infinito, más poder que incluso la muerte; el hombre que ayuda a los demás a crecer es divino, glorioso. Crecer es más importante que incluso trabajar porque en cualquier momento puedes morir, recuérdalo bien. Esfuérzate y trabaja duro, merece la pena pues la recompensa es un gozo infinito, la libertad; libre de todo deseo.
Libre de todo deseo
sin deseo
sin prejuicios
causas sin efectos
efectos sin causas
aparecer y desaparecer
en lugares simultáneos
Caos y azar inteligentes
Sin nada que comprender
Sin por qués
sin sentido
... el Intelecto, Dios es omnisciente ...
Y yo, ¿quien soy?
Soy quien soy
Artista de la Vida
la escritura y el significado
...............
Creen comprender lo que leen pero no comprenden nada porque no hay nada que comprender. Es la voluntad de Dios. Y así es.